brief

El aumento en los precios de los alimentos

¿Qué hacer?
by Joachim von Braun
Open Access

El notable aumento en el precio de los alimentos en los últimos dos años ha suscitado serias preocupaciones en torno a la alimentación y nutrición de los pobres en los países en desarrollo, y de manera más general, en torno a la inflación y al malestar social que esta situación genera en muchos países. Si bien los precios reales siguen siendo inferiores a los niveles pico alcanzados a mediados de la década de los 70, sí han llegado a su punto más alto desde entonces. Ante esta situación, les quedan muchas tareas pendientes a los gobiernos de países en desarrollo y de países desarrollados para controlar esta creciente alza de precios y ayudar a las poblaciones pobres a cubrir los altos costos de sus alimentos.

En 2007, el índice de precios de los alimentos, estimado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), presentó un incremento de casi 40 por ciento, en comparación con el 9 por ciento el año anterior; y en los primeros meses del año 2008, los precios volvieron a aumentar notablemente. Casi todos los productos agrícolas se ven afectados por esta tendencia alcista en los precios. Por ejemplo, desde el año 2000 (en que se registró un descenso en los precios), el costo del trigo en el mercado internacional se ha más que triplicado mientras que el del maíz se ha más que duplicado. Del mismo modo, el precio del arroz alcanzó niveles sin precedente en marzo de 2008. El precio de productos como la carne de res y de pollo, los lácteos, el aceite de palma y la yuca han seguido también esta tendencia alcista. Tomando en cuenta la inflación y la baja en la cotización del dólar (en comparación con el euro, por ejemplo), se diría que el aumento en los precios es pequeño pero notable, lo cual no deja de tener serias consecuencias en el poder adquisitivo de las poblaciones pobres.

Los gobiernos nacionales y los organismos internacionales, en un esfuerzo por reducir al mínimo el efecto de los elevados precios internacionales en el ámbito nacional y mitigar los efectos en determinados grupos de la población, están tomando varias medidas al respecto. Algunas de estas medidas tal vez ayuden a estabilizar y reducir el precio de los alimentos, mientras que otras podrían beneficiar a ciertos grupos a expensas de otros, o hacer más volátil el precio de los alimentos en el largo plazo, pudiendo así afectar seriamente la actividad comercial. Lo que se necesita son acciones más efectivas y coherentes que permitan a las poblaciones más vulnerables hacer frente al espectacular y apremiante aumento en el costo de sus alimentos, y que permitan a los agricultores satisfacer la creciente demanda de productos agrícolas.